martes, 19 de noviembre de 2013

Deportación y Desintegración Familiar: Niños Migrantes

La migración es inherente al ser humano y este siempre ha tenido la necesidad de desplazarse a aquellos lugares que les brinden una mejor calidad de vida para ellos y los suyos. En el continente americano, el flujo migratorio siempre ha sido hacia el norte y en las últimas décadas mucho más.

Si bien es cierto que la migración ha disminuido se ha mantenido constante. Las causas por las que disminuyo se debieron a la fuerte política de seguridad que después de los atentados del 2001 Estados Unidos de América implementó luego de los atentados del 11 de septiembre.

Aunado a lo anterior, otro factor por el que se vio disminuida la migración, fue la crisis del año 2008 en Estados Unidos y con más fuerza en 2010, derivado de la serie de leyes antidiscriminatorias como la SB1070 en Arizona, por mencionar alguna, que de cierta forma propiciaron las violaciones a los derechos humanos de los migrantes, provocando un ambiente de xenofobia. Así cualquier autoridad podría detenerte por tu aspecto, color de piel, idioma, entre otras, lo cual es una violación a la dignidad de cualquier persona.

Las deportaciones de 2009 a la fecha han alcanzado casi 1.6 millones y se espera que para el 2014 la cifra alcance los 2 millones. Esta cifra es realmente alarmante y si las cifras son escalofriantes, el ver a detalle lo que esto implica, la situación para miles de familias migrantes se torna aún más lamentable.

En 2008 había 300,000 mexicanos deportados, 650,000 hogares abandonados en U.S.A, de ellos 1000,000 reflejan a niños. Las cifras hoy en día se calcula han incrementado al doble.

Derivado de este panorama tan sensible en cuanto al tema de desintegración familiar hay tres problemas principales y realidades que miles de familias migrantes enfrentan día con día, específicamente los niños cuyos padres son deportados y su vulnerabilidad en México o Estados Unidos aumenta considerablemente.

La vulnerabilidad de niños mexicanos, nacidos en territorio mexicano, que migraron con sus padres a Estados Unidos siendo muy pequeños y sufren desintegración familiar a causa de la deportación de uno o ambos padres o sujetos a trámite de deportación en algún centro de detención en Estados Unidos y los niños menores de edad quedan a la deriva, en custodia de tíos, parientes si bien les va, pero hay quienes quedan en custodia de los compadres, vecinos o conocidos del lugar donde vivían.

Aquí los padres que están sujetos a trámite de deportación, no dan mayor información al Departamento de Seguridad sobre la existencia de sus hijos, por miedo a que también los deporten, lo cual aumenta su vulnerabilidad, esta aumentada porque no conocen el idioma, como un primer limitante.

Otra vertiente de la situación de los niños menores de edad en situación de vulnerabilidad, son aquellos nacidos en territorio estadounidense de padres mexicanos, que al tener estos una orden de deportación o ya han sido deportados, se quedan a cargo de algún familiar o conocido, aunque mayormente, son retenidos y llevados a los “Child Protective Services Custody”, mientras se resuelve la mejor forma de reintegrar al menor.

Esta situación también es bastante complicada ya que los padres no tienen conocimiento, muchas veces de la ubicación de los menores, dónde se encuentran ni el proceso que deben seguir, ya que hay un desconocimiento total de las leyes estadounidenses. Las anteriores situaciones descritas son una de las caras que la migración tiene y en si las consecuencias de la deportación masiva y desordenada, provoca en las familias la destrucción de vínculos y vulnera a los menores de edad, los derechos a una familia, vida digna, seguridad, etc.

Después de la travesía de lograr, si es que se logra, la unificación familiar en nuestro territorio, viene otro reto igual de difícil para las familias migrantes y para los menores de edad: un choque jurídico y cultural.

Sucede que o son muy pequeños, o han pasado la mayoría de su vida viviendo en otro lugar, y la reinserción a un mundo totalmente diferente a lo que conocen es muy difícil; además los padres o familiares no saben el proceso que se debe seguir para el apostillamiento de documentación y dado que son deportados no tienen oportunidad de tramitarlos, y al llegar a sus lugares de origen, se encuentran con la falta de documentación oficial que los identifique tales como: actas de nacimiento, grados de estudios, seguro social para ver las vacunas por ejemplo.

Lo anterior trae consigo graves faltas administrativas, ya que en algunas comunidades los menores son registrados nuevamente, violando leyes de ambos países y creando dos personalidades jurídicas totalmente diferentes para una misma persona; se falsifican documentos de estudios que carecen de total validez. Aquellos que han vivido toda su vida fuera de México, se enfrentan a la diferencia de idioma, costumbres, modo de vida, vestimenta, etc. Y es que el mundo que conocen cambia totalmente, igual que su vida.

Aunque existen políticas públicas para atender a los mexicanos que son deportados, hay mucho desconocimiento sobre los lugares y procedimientos, a donde deben acudir y como deben proceder para poder disminuir tiempos y procesos para la tramitación de documentos, etc. Las instituciones responsables de este tema son, la Secretaria de Gobernación Federal, la Secretaria de Relaciones Exteriores y en el caso de Puebla, contamos con la Coordinación Estatal de Asuntos Internacionales y de Apoyo a Migrantes Poblanos para poder recibir orientación y apoyo en los trámites concernientes a migrantes en situación de vulnerabilidad y retorno.


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